Con el paso del tiempo, y gracias a los avances tecnológicos constantes, la agricultura es cada vez una actividad más y más sofisticada. Los agricultores de hoy en día deben planificar cuidadosamente todo y disponer de información variada, como el tipo de suelo, las características de este, información meteorológica, disponibilidad de agua dulce, etc. si quieren realizarla satisfactoriamente. Para disponer de parte de esos datos, el uso de los SIG es una forma rentable y útil de obtener el máximo rendimiento y reducir el desperdicio de insumos y los residuos.
Tres usos estratégicos de los SIG en agricultura
1. Planificación estratégica
Una de las posibles funcionalidades de los SIG es la posibilidad de crear diferentes capas en un mapa que muestren diferentes datos, de modo que se puedan abordar todo tipo de problemas agrícolas. En función del tamaño de la explotación y factores como el tipo o la ubicación, los mapas SIG pueden proporcionar información sobre las precipitaciones, la elevación del terreno o las propiedades del suelo para que los agricultores puedan planificar de forma más eficiente.
2. Monitorización y gestión de los cultivos
Comprobar la salud de los cultivos a pie y de forma arbitraria en un terreno de varias hectáreas es la opción menos eficaz posible. Por ello, es vital conocer cómo utilizar imágenes de satélite de alta resolución en combinación con el SIG para optimizar el proceso. La tecnología basada en satélites permite recoger datos en tiempo real sobre la tierra y los cultivos a distancia, desde la comodidad de la oficina o mientras se está de viaje. En combinación con los datos recogidos sobre el terreno, es posible conocer datos como la humedad del suelo, la temperatura del aire, la cantidad de nutrientes disponibles en el suelo o si hay alguna enfermedad o plaga afectando a los cultivos.
Dado que existen diferentes resoluciones de imagen en las imágenes de satélite, así como diferentes fuentes, una buena opción de acceder a ellas y saber es utilizar una plataforma de análisis de imágenes de satélite completa, como EOS Crop Monitoring. En ella, además de poder adquirir imágenes de alta resolución directamente desde la plataforma sin tener que importarlas desde otro lado, el usuario puede monitorizar cualquier cambio que se produzca en la vegetación, obtener información meteorológica en tiempo real, identificar las áreas del campo con problemas o gestionar de forma eficaz a los exploradores y sus tareas de exploración, lo que supone un importante ahorro de tiempo y dinero.
Al analizar toda la información disponible sobre el campo, el usuario obtiene notificaciones inmediatas sobre cualquier cambio o riesgo que pueda sufrir el campo o los cultivos, de modo que se pueda reaccionar a tiempo ante dichos problemas y tratarlos de forma adecuada, utilizando los insumos necesarios solo dónde se necesitan y con una cantidad óptima, de modo que se reduce el desperdicio y, consecuentemente, el gasto a realizar en insumos. Gracias a la aplicación de exploración, una vez localizado un problema en el campo, se puede marcar el punto exacto al que el explorador debe ir; éste puede rellenar un informe sobre el terreno explicando lo que ve y adjuntar fotos a dicho informe, incluso aunque no haya conexión a Internet. Una vez la conexión vuelva, el informe se sincronizará automáticamente con el resto de dispositivos, de modo que todos puedan acceder a dichos datos para futuros análisis. Al almacenarse todos los datos en un único lugar, la gestión del campo es mucho más sencilla y eficiente.
Otro aspecto positivo de la monitorización por satélite de los campos es la capacidad que tienen otros involucrados en el sector para aprovechar estos datos, por ejemplo, bancos enfocados a la agricultura o compañías de seguros. Por ejemplo, haciendo uso de los datos históricos de la región o país puede estimar cuál será el rendimiento que se va a obtener al final de la temporada o calcular el valor de un terreno.
3. Gestión del agua
En función del tamaño del campo y los cultivos plantados en él, la cantidad de agua requerida puede variar y asegurarse que cada planta recibe suficiente agua es clave para un correcto desarrollo, no perjudicar el rendimiento y, al mismo tiempo, proteger el medio ambiente. A partir de imágenes de satélite, algoritmos que se apoyan en la IA calculan la cantidad de agua de las plantas para evitar estrés hídrico o escasez de agua.
Los SIG también pueden utilizarse para prevenir o mitigar el impacto de las catástrofes naturales. Por ejemplo, puede indicar qué zonas del campo serían susceptibles de inundarse ante una gran cantidad de agua haciendo uso de datos de inundaciones pasadas, estudios de campo, datos cartográficos e imágenes de satélite. Soluciones similares pueden usarse para atajar el problema de la sequía y medir la susceptibilidad del terreno a la erosión del suelo.